23 de Febrero 2007

LA VISITA.

Ayer día 22 nos sorprendió con su visita nuestro amigo Jacinto Anclados Stanstill, parapsicólogo y antropólogo, hombre que se caracteriza por su gran rapidez de palabra y de movimientos, todo un manojo de nervios en explosión continua, (según nuestros cálculos no estuvo más de 180 segundos sentado en un mismo sitio, ni de pie sobre los mismos ladrillos). Tras una efusiva bienvenida y bienhallada, y antes de que nos diera tiempo a prepararnos para lo que se avecinaba, Jacinto, después de comentar lo mal distribuida que tenemos la oficina y lo horroroso que es el mobiliario, comenzó a relatarnos algunos pormenores de su último viaje a través del planeta.
Sentado en la silla de Al nos soltó de sopetón “¿Conocéis Mongolia?. ¡Ah!, qué bonita es Mongolia. Os recomiendo que la visitéis este verano con vuestras familias, a los niños les va a encantar (en esos momentos había abandonado la silla y se encontraba subido sobre la mesa de Fernández observando los tubos fluorescentes y trasteando la rejilla protectora). Pues allí, en medio de una de sus estepas y en el interior de la cabaña de un pastor de cabras, me topé con un cuadro de El Greco”. Tumbado en el suelo, con la rejilla en las manos y rodeado de trozos de fluorescentes por todas partes, nos dijo “En el polo Norte hice un descubriendo que hará cambiar la Historia, en el interior de un botijo conservado perfectamente en medio de un glaciar hallé un pergamino, en dicho documento, escrito por un tal Petardito Hernández de Aragón, se asegura, con datos incontestables, que Cristóbal Colón era en realidad la mismísima Isabel La Católica”. Para entonces ya había limpiado sus destrozos con escoba y recogedor y se disponía a fregar la oficina, mientras lo hacía explicó la técnica empleada en Versalles para el limpiado y pulimentado de sus suelos.
A partir de esos instantes nuestros recuerdos son confusos, pues con tanto ir y venir de Jacinto y su hablar que alcanzaba ya las 2.000 palabras por minuto, nos encontrábamos como recién salidos de un viaje de tres horas en una descontrolada montaña rusa. Tras siete tilas, dos siestas y un tremendo esfuerzo mental creemos que:
Haciendo la postura de hatha yoga “paloma real sobre la pata derecha” realizó un retrato a carbonilla de nuestras personas y otro del yeti, a quien asegura conocer personalmente, mientras hablaba de los restos de una catedral gótica encontrados en la selva del Amazonas.
Bailando la sardana comentaba algo sobre un oso polar descubierto en el Kilimanjaro
Asomado a la ventana discutía con el vecino de al lado, mientras adoptaba la postura de yoga “paloma real sobre la pata izquierda”, sobre el aparcamiento que estaba realizando una señorita en la acera de enfrente, y a su vez nos describía, con todo lujo de detalles, como se confeccionaba un traje de lagarterana.
Y todo ocurrió en menos de treinta minutos, hasta que por fin nos abrazó, se despidió y se marchó en cuclillas escaleras abajo.
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Jacinto segundos después de descubrir el cuadro de El Greco
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 1:05 PM | <__trans phrase="Comments"> (0)

14 de Febrero 2007

CAÍDA Y SUBIDA.

Nada más nacer ya despuntaba sobre los demás niños de su edad (él sólo se hacía el biberón y se cambiaba los pañales) a la edad de ocho años lo llevaron a un colegio especial para superdotados, a los dieciocho recibía el título universitario en arquitectura y lograba firmar un extraordinario contrato con una de las constructoras más fuerte de los Estados Unidos, a los veinte años nadie quería saber nada de él y no le dejaban de trabajar ni como peón de albañil. La vida de Raúl Díaz Torrequebrada se hundía en la miseria. ¿Por qué? porque todas sus obras, bellas, poéticas y llenas de vida, se desmoronaban como castillo de naipes franceses cuando estaban a punto de ser acabadas.
Desesperado se tiró al fango con el alcohol, pero al ser un superdotado el intento le salió mal, ya que cuanto más bebía más sobrio se encontraba. Sus proyectos de suicidio, catorce en total, siempre se malograban, y llenaban su ánimo de tal vitalidad y fuerza que su creatividad se engrandecía a límites insospechados.
Harto de tanto fracaso y sin un duro en los bolsillos se dedicó a vagabundear por el mundo.
Todas las noches lloraba en soledad, de doce a una, para después caer en sueños en los que realizaba proyectos maravillosos. Una madrugada, cuando estaba apunto de lograr construir el palacio más grande del planeta, a base de cristales y espejos, fue despertado de sopetón. Un compañero vagabundo había tropezada en la oscuridad y caído sobre sus espaldas. Gracias a aquel porrazo nació entre ambos una gran amistad, amistad que llevó a Raúl a contarle toda su vida una noche de luna llena, al acabar el relato, con las primeras luces del alba, su amigo le dijo : “ La solución la tienes en el Registro Civil. Has de cambiarte el segundo apellido, déjalo de Torrequebrada en Torre y todo te irá bien”.
Y así fue. Raúl Díaz Torre es ahora el arquitecto más cotizado del orbe, pero a su amigo el vagabundo nunca le volvió a ver, a pesar de haberse gastado una buena fortuna en intentar encontrarlo.
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 11:32 AM | <__trans phrase="Comments"> (1)

9 de Febrero 2007

REMEMBRANZA

Una ráfaga de aire fresco, en tarde de cielo gris, nos trajo el recuerdo de Ramón.
Pieza interpretada conjuntamente por la Orquesta de Pulso y Púa de Somosierra de Pisamorena y la Sinfónica de la Vienanmuchistanverehof de Austria. Dirigidas, cada una por su lado, por nuestro jefe el Sr. Ort y por el Sr. Don Ottto Kirchenbucherloewenthal.
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 11:12 AM | <__trans phrase="Comments"> (0)

1 de Febrero 2007

PARLANCHINA

Roberto tenía un problema alto, ancho y profundísimo que nació una tarde de abril, cuando paseaba frente a un gabinete de videncia. Su sombra hablaba. Y no es que de vez en cuando hiciera un comentario sobre algún tema, no, es que cogía la palabra y no la soltaba ni derramándole agua hirviendo, y Roberto perdía los nervios, la razón y los calcetines hasta que por fin encontraba un lugar sombreado en donde, con gran resistencia por parte de su compañera, lograba disolverla.
Al año nuestro amigo estaba al borde del suicidio, su carne, de siempre cercana en color y tono a la de los nórdicos, era más transparente que la de los albinos de tanto huir del sol, tal era la situación que en su casa llegó un momento en que ni encendía el mechero para fumar. Aunque gracias a ello consiguió ahorrar un dinerillo, pues Roberto fumaba como tres carreteros y medio.
Un día, cuando deambulaba por la Plaza de La Marina, encontrándose al borde del desquicio, se lanzó sobre un policía y arrancándole la pistola vació el cargador entero sobre su sombra. Ella quedó tirada y agonizante en el gris asfalto, y él fue enviado a la cárcel durante tres meses. Ahora, una vez cumplida su pena, lleva una vida normal que a veces, cuando recuerda y se ve libre de su pesadilla, se aproxima por unos instantes a la felicidad.
Pero ella no falleció. Su sombra consiguió llegar casi moribunda al teatro de sombras de Praga, en donde sus hermanas lograron salvarla de la desaparición, y ha prometido que en cuanto se recupere del todo volverá, y además lo hará hablando en checo.
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 1:00 PM | <__trans phrase="Comments"> (1)