2 de Junio 2005
GREMILDO. (Segunda parte, sin descanso por falta de tiempo)
Y la noticia decía.....
Se busca sin prisas pero sin pausas, con gran ansiedad de familiares, amigos y compañeros de trabajo, a distinguido y ejemplar funcionario de telégrafos, que desapareció misteriosamente después de setenta y dos horas seguidas trabajando sin parar, durante las cuales sólo atendió a una señora y a dos monjas filipinenses.
Don Gremildo Consuelo Pulido, de 53 años de edad, vecino de Pepi y Enriqueta, fue visto por última vez portando un estandarte de la Archicofradía de San Gremildo, vestía elegante traje gris, camisa de lunares con mangas a la sisa y volantes de fantasía, un calcetín azul con rombos calzado con zueco en el pie derecho y en el izquierdo una sandalia. Prendida del cuello llevaba una ventanilla de correos superpuesta.
Otro dato importante es que iba cantando Soy minero, con acompañamiento musical de la Filarmónica de Viena en grabación de casete, y en dirección a la parada del autobús de El Palo.
Quince días tres horas y quince segundos después de que la noticia recorriera todo el planeta, Hipocondríacos Anónimos y la Filarmónica de Viena remitieron un telegrama al señor Escatroni pidiéndole que diera solución a tan terrible enigma.
El gran maestro criminólogo se puso en acción rápidamente,
llamando por teléfono a los familiares, amigos y compañeros del desaparecido, así como a las dos entidades que le pedían ayuda, citándolos en bar Manolo a las 9 de la noche. En menos de doce minutos había resuelto el problema.
Estando todos reunidos, y tras mostrar una copia del calcetín con rombos, comunicó que Gremildo no volvería jamás a su puesto de trabajo.
Gremildo Consuelo Pulido se encontraba, bajo el nombre artístico de Guillermo Vidal, triunfando en los mejores teatros de Sudamérica como ventrílocuo.
Durante veintiséis minutos los aplausos de los presentes obligaron a Escatroni a saludar quince veces.
Gracias a un calcetín de rombos, la privilegiada mente de aquel genio había logrado descifrar el enigmático jeroglífico de Gremildo.
FIN
Tres días después apareció Gremildo en su casa, vestido de campero y acompañado de cinco señores y un burro, a los que había conocido en una juerga flamenca que duró tres semanas.
A partir de entonces la vida de Gremildo no fue la misma.
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 2 de Junio 2005 a las 07:23 PM
¿pero el calcetín de rombos era de algodón o de nailon?
A pesar del calcetín Escatroni metió la pata.
No puede ser, es imposible que Escatroni cometa tan craso error. QUEREMOS LA VERDAD.
Esta es una maniobra más de fray Pepín, que envidioso de la fama del maestro quiere hundirlo en la miseria. NO MÁS "GÜISQUI" PARA EL MONJE. Que sea castigado durante siete meses a pan y agua.