15 de Diciembre 2006
EL TUERTO (1)
Carlota andaba por la vida intentando ocultar la terrible onicofagia extrema que padecía ( mal conocido popularmente como hábito compulsivo de comerse las uñas), y su novio Ramiro iba haciéndose pasar por tuerto del ojo izquierdo. A pesar de estas diferencias clínicas en los historiales médicos de ambos, Carlota y Ramiro formaban una feliz pareja.
Él decidió, en un noble intento que diera solución al grave problema de su novia, regalarle un juego de uñas de porcelana, en la esperanza de que a dichos artilugios no habría manera de que ella les hincara los dientes. Pero se equivocó, y lo que en realidad encontró solución fue el terrible problema que padecía con su ojo izquierdo, y todo ello como consecuencia de que aquél material de cerámica blanca, no poroso, duro y translúcido, que se desarrolló en China durante los siglos VII y VIII, fuera la causa y motivo de la definitiva ruptura con Carlota, cuando ella acabó con el estómago perforado en la UVI de un hospital.
Ramiro caminó perdido por calles y plazas durante varias horas, preguntándose por qué los chinos inventarían la cerámica, por qué Marco Polo viajó a China (con lo lejos que está) y por qué tuvo aquel accidente con un conductor chino, percance que le obligó a ponerse un parche en el ojo izquierdo para evadirse del mundo que le circundaba. En fin, usted, estimado lector, ya se habrá dado cuenta que los chinos habían aparecido en dos momentos cruciales de su vida, y él, en aquella noche de abandono, lluvia y truenos, decidió enfrentarse de una vez por todas con su destino.
Mientras se dirigía a su domicilio, para evadirse de todo lo ocurrido y recobrar fuerzas ante la tremenda situación a la que se iba a enfrentar, se dedicó a calcular el número de habitantes por metro cuadrado en la Babilonia del rey Hammurabi.
Una vez en su piso, tras haber comprobado que los babilonios no tenían ni la más remota idea de como hacer el censo, con todo el cuerpo empapado en sudor frío y las piernas temblorosas se arrancó el parche que cubría su ojo izquierdo, apretó dientes y puños y penetró en la cocina.
CONTINUARÁ
(La semana que viene, si es que llega, porque ya se está retrasando demasiado.)
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 15 de Diciembre 2006 a las 01:07 PM
Esto sí que ha sido una alegría, el encontraros de nuevo, ¿que tal frente a la parada?.
Esta noche, en vuestro honor, acompañado de mi amigo Pilín, intentaré la hazaña de poner una foto del noble rostro de El Mocito Feliz en el la estrella navideña que hay en la fachada de la Goleta.