2 de Febrero 2006

El andamio (Quinta parte con fin incluido)

Y lo más importante, en la acera contraria se divisaba un establecimiento de apuestas. La dueña de la frutería, que por cierto se llama Luisa, resultó ser una gran admiradora de mi persona, y una vez informada del asunto que hasta allí me había llevado, permitió que me quedara como mozo para hacer una vigilancia sobre el local sospechoso. Realicé varias llamadas que dieron como resultado la obtención de los siguientes datos. 1º) Mi amigo Leocadio, empleado del Patronato de Apuestas, volvió a confirmarme, como venía haciendo desde el primer día, que el premio aún no había sido cobrado. 2º) Me proporcionó los datos personales del dueño del establecimiento vigilado. 3º) Supe de muy buena tinta, pido disculpas por no poder mencionar la fuente, que aquel individuo había estado implicado hacía años en un caso de contrabando de bolsos de cocodrilo. Inmediatamente moví ficha, enviando a mi ayudante Enésimo, antiguo equilibrista del circo Chino de Japón y un auténtico terror de las cerraduras,( en cierta ocasión presencié como abría con un simple pisa corbatas la caja fuerte de una entidad bancaria), a casa del sospechoso. Una hora más tarde abandoné el local tras haber realizado más ventas de coles de Bruselas que mi jefa en los dos últimos años, Enésimo me había telefoneado y confirmado mis sospechas, Cipriano se encontraba preso, sedado y amordazado bajo la cama del cuarto de invitados de la casa del sospechoso. Di orden a mi ayudante de que no abandonara al rehén y contacté con mi querido amigo el inspector Martínez para informarle del caso. A las cinco de la tarde, idéntica hora que reza en el famoso poema de García Lorca, el caso estaba resuelto y el criminal ingresado por Martínez y su equipo en los calabozos de comisaría. Después de un extenso examen médico Cipriano volvía a disfrutar del viciado aire de nuestra ciudad con el boleto premiado a buen recaudo en su cartera, sin pérdida de tiempo partimos en búsqueda de nuestra querida Paulina, el resto ya lo saben ustedes. Y hablando de poemas, les ruego que me disculpen pues tengo una cita ineludible con Raquel, una cena en su casa y la lectura de la obra completa de Gonzalo de Berceo me esperan. Ya saben……
Yo maestro Gonçalvo de Verceo nomnado, yendo en romería caeçí en un prado, verde e bien sençido, de flores bien poblado, logar cobdiçiaduero pora omne cansad
Todos abandonaron rápidamente la habitación dando las gracias al detective, quien continuaba recitando y disfrutando de sus virtudes como rapsoda. Hasta el Sr. Lector, que esperaba desde hacía un rato que apareciera la palabra fin para pedir a Escatroni que le aclarara de dónde había sacado las cartas, el giro postal y los tres telegramas que repartió cuando se caracterizó de cartero dio media vuelta y se marchó. Desde la lejanía se escuchaba con claridad meridiana la inconfundible voz del genial criminalista….
En el nomne del rey que regna ponatura, Ques fin e comienzo de toda creatura, Se guiarme quisiesse la su sanctmesura En su honor querria fer unaescriptura
FIN
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 7:27 PM | <__trans phrase="Comments"> (0)