CÍRCULO ESCATESTROFEN (Blog oficial de ORT-22 Agencia Informativa): A 700 kilómetros de Madagascar. (Tercera parte)

23 de Junio 2005

A 700 kilómetros de Madagascar. (Tercera parte)

La caída.

Cuando Arestesiano se encontraba en la cúspide de la fama científica y con un sin fin de nuevos proyectos, una palabra temida por todos cruzó el cielo de Almería como si de un rayo se tratara, del nordeste al sureste, del este al oeste, pasando por el pasillo y el salón de la familia Ruypérez, para después, tras realizar un perfecto y acrobático giro, encaminarse hacia el norte y pararse, al fin, con una exquisitez sin igual, en un paso de cebra del Paseo Marítimo.

Aquella palabra era ANFITORRO (infección de vientre, nariz y oídos) la cual trajo, como si de una maldición se tratara, la más terribles de las desgracias a la vida de Arestesiano, haciendo que cayeran en picado su credibilidad y su popularidad.
La caída comenzó cuando don Robustiano Palos Delvillar, empleado de una tienda de electrodomésticos, fue ingresado en un hospital después de permanecer 53 días con colitis, alegando que lo último que comió fue un bocadillo de cartón de huevos para merendar.
Arestesiano se dio a la hipocondría y a pintar retratos cubistas. Su existencia se consumía pastilla a pastilla y pincelada a pincelada.
Todos le abandonaron. Todos menos un marchante de arte que se hizo millonario vendiendo sus cuadros en Japón y Nueva York, y la marquesa de Villadraumi, que desde las sombras y el anonimato, llevada por una total confianza en las capacidades científicas y humanas de Arestesiano, emprendió una feroz lucha en busca de la verdad. Y la verdad vio la luz aquella tarde en que repasando todas las pruebas que acusaban a su protegido, pudo apreciar un detalle que todos habían pasado por alto. En una de las radiografías realizadas a Robustiano se veía un pequeño letrero que ponía “Máquina de coser Sigma”. Robustiano confesó, se había comido tres embalajes del almacén de la tienda de electrodomésticos en que trabajaba. La ciencia y el pueblo se lanzaron a la calle en busca del ultrajado, pero ya era demasiado tarde. Como llevado por el viento Arestesiano había desaparecido. Nadie conocía su paradero. ¿Nadie?.
CONTINUARÁ
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 23 de Junio 2005 a las 07:20 PM
<__trans phrase="Comments">

jODER!LOS PELOS DE ESCARPÍA. Yo también tengo una máquina de coser sigma

<__trans phrase="Posted by:"> Apio <__trans phrase="at"> 24 de Junio 2005 a las 05:54 PM

Émula del fuego, la intriga devora mi quietud. Mi máquina de coser es Alfha.

<__trans phrase="Posted by:"> Menchu <__trans phrase="at"> 24 de Junio 2005 a las 09:02 PM
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