9 de Marzo 2007
SORPRESAS. (2ª Parte)
Acabada la ascensión, con los cuerpos cansados pero los ánimos intactos, llamamos a la puerta, segundos más tarde aparecía tras ella el profesor don Juan del Puente Tirado, quien directamente nos dijo Por fin señores, creía que no llegarían nunca. Síganme, les tengo que pedir que me ayuden a acabar de colocar los instrumentos
Atravesando un pequeño pasillo alcanzamos el salón, sentada en mullido sillón doña Marianela nos recibió con una sonrisa y un Buenas, siéntense donde puedan que están al llegar, y siguió, con lana y agujas, atareada en la confección de una bufanda.La habitación estaba repleta de micrófonos, grabadoras, cámaras de video y extraños aparatos con lucecitas que se encendían y apagaban constantemente y pantallas con agujas que no paraban de oscilar. Sin tiempo para resoplar le echamos una mano a don Juan.
Finalizada la instalación don Juan, con modos y ademanes propios de un caballero inglés de hace dos siglos, tomó la palabra.
Siéntense, por favor. No se extrañen de mi presencia, el señor Ort me ha avisado esta tarde de los raros sucesos que en esta casa se manifiestan, y aquí estoy dispuesto a darles solución. Pasemos, para estar dispuestos y prestos, con tranquilidad y sosiego estos siete minutos que faltan.
Y en silencio transcurrió el tiempo hasta que sonó el timbre. Eran las 22 horas y 22 segundos.
El profesor corrió hacia la puerta y regresó en apenas unos instantes, con cara de gran enfado y murmurando entre dientes Toma ya, ¿extraterrestres?, ja, ja, je, je.Y mirando a la dueña de la casa acabó por decir Como una chota. Con gestos de mal humor se puso a recoger todos los aparatos para guardarlos en una mochila. Desde el pasillo se oían rumores de una pequeña algarabía. Maricela comenzó a tocar las palmas, mientras escuchábamos unas voces que casi al unísono decían ¿Cómo está mi niña? . Antes de desviar nuestras miradas al lugar de origen de aquellas voces ya sabíamos quienes eran sus propietarias. A la entrada del salón, dando saltitos, grititos, palmadas, soltando risas y con las caras repletas de felicidad, nos encontramos con nuestras queridas amigas las hermanas filipinenses, Sor Adelina y Sor Adelaida, quienes al vernos aumentaron en intensidad y número sus saltitos, grititos , palmadas y risas. Al acabar los saludos se marcharon hacia la cocina más felices que habían llegado para preparar la cena de la anfitriona, quien nos comentó qué simpáticos son los extraterrestres ¿verdad?.
Don Juan, una vez que acabó de recoger sus propiedades, se despidió tras volver a decir como una chota, y añadiendo al menos aprovecharé para hacer un poco de ejercicio abrió el ventanal y se marchó haciendo escalada libre por la fachada del edificio.
Nosotros nos quedamos acompañando a nuestras amigas. En ese tiempo, entre otras muchas cosas, nos comentaron que ellas llevaban viniendo a la casa desde hacía cuatro días mandadas por el asilo en la que la iban a ingresar a la anciana dentro de poco por estar perdiendo la cabeza, cerca de la una de la madrugada Maricela cayó dormida, después de que las hermanas cantaran una versión modernizada, realizadas por ellas, del último número de Dixit Dominus de Vivaldi, que, como dicen los expertos, es una fuga de gran luminosidad. Escaleras abajo las hermanas nos proporcionaron tres recetas especiales para guisar el estroboncio negro.
Y ya en la calle, acera arriba, como si se tratara de la encarnación de la obra de Vivaldi, y tras comentarnos que aún tenían que sacar de paseo al perro, desaparecieron las dos en veloz y luminosa fuga.
Media hora después recorríamos calle La Regente hasta llegar al muro del río, en donde sentados decidimos fumarnos unos cigarrillos antes de separarnos. En ello estábamos cuando apareció en el cielo, viniendo desde el mar, una gran luz que al alcanzar la altura del campo de fútbol de La Rosaleda se paró en seco, subió, bajó, realizó varios movimientos extraños y regresó a una velocidad de vértigo hacia el lugar de aparición, por donde desapareció.
Tiramos los cigarrillos, nos despedimos, para quemar nervios, bailando una jota aragonesa, y nos fuimos en busca de un reparador sueño.
F I N
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 9 de Marzo 2007 a las 02:25 PM
Me he perdido,lo volveré a intentar y daré con el número exacto de sorpresas.