16 de Marzo 2007

DIAGNÓSTICOS.

De todos es conocido que el doctor Ansúrez es el especialista más capacitado a la hora de tomar el pulso. No hay ningún otro que lo haga como él y miles de estudios así lo certifican. Pero desde el pasado mes de diciembre tiene un contrincante que puede superar con creces su fama y reputación, se trata del doctor Calmelo, quien la noche de fin de año, cuando disfrutaba de la fiesta celebrada en casa de unos vecinos, tomó el pulso, mientras bailaba con cada uno de ellos y de ellas, a cincuenta y ocho señoras, diez señoritas y tres caballeros con quienes agitó el esqueleto en un variado cóctel de ritmos, desde la salsa al vals y desde el rock al minuette, y no sólo les tomó el pulso, sino que entre pieza y pieza señaló con clarividente exactitud el mal que padecía cada una de ellas y cada uno de ellos. Entre sus diagnósticos podemos resaltar los siguientes: piedras pómez en el riñón, exceso de leucocitos en la mitad superior del sistema circulatorio y falta de los mismos en la mitad inferior, amigdalitis gemelas transitorias, mal de la pierna loca, y aumento de astigmatismo acompañado de calvicie precoz a una de las señoritas, precisamente en la que estaba de mejor ver.
El doctor Calmelo, que en la actualidad se encuentra en paro, ha sido contratado por una afamada academia de baile londinense en donde al mismo tiempo impartirá clases y realizará sus actividades médicas. La noticia ha corrido como la pólvora y entre las solicitudes de matrículas recibidas en la academia podemos mencionar las de Isabel II y tres de sus damas de compañía, la de Jack El Destripador y la de Doña Margaret Linskens, miembro del Teatro de Ballet Clásico de Gran Bretaña, en donde trabaja como taquillera.
Las clases-consultorio darán comienzo el próximo 10 de abril.

Retrato al óleo de Esther Gámez, la señorita de buen ver, pintado días antes de asistir a la fiesta de fin de año.
ella01.JPG


Fotografía de Esther, que como pueden ver sigue estando de buen ver, tomada setenta días después del diagnóstico realizado por el doctor Calmelo.

ella02.JPG
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 11:21 AM | <__trans phrase="Comments"> (1)

9 de Marzo 2007

SORPRESAS. (2ª Parte)

Acabada la ascensión, con los cuerpos cansados pero los ánimos intactos, llamamos a la puerta, segundos más tarde aparecía tras ella el profesor don Juan del Puente Tirado, quien directamente nos dijo “Por fin señores, creía que no llegarían nunca. Síganme, les tengo que pedir que me ayuden a acabar de colocar los instrumentos” Atravesando un pequeño pasillo alcanzamos el salón, sentada en mullido sillón doña Marianela nos recibió con una sonrisa y un “Buenas, siéntense donde puedan que están al llegar”, y siguió, con lana y agujas, atareada en la confección de una bufanda.La habitación estaba repleta de micrófonos, grabadoras, cámaras de video y extraños aparatos con lucecitas que se encendían y apagaban constantemente y pantallas con agujas que no paraban de oscilar. Sin tiempo para resoplar le echamos una mano a don Juan. Finalizada la instalación don Juan, con modos y ademanes propios de un caballero inglés de hace dos siglos, tomó la palabra. “Siéntense, por favor. No se extrañen de mi presencia, el señor Ort me ha avisado esta tarde de los raros sucesos que en esta casa se manifiestan, y aquí estoy dispuesto a darles solución. Pasemos, para estar dispuestos y prestos, con tranquilidad y sosiego estos siete minutos que faltan.” Y en silencio transcurrió el tiempo hasta que sonó el timbre. Eran las 22 horas y 22 segundos.
El profesor corrió hacia la puerta y regresó en apenas unos instantes, con cara de gran enfado y murmurando entre dientes “Toma ya, ¿extraterrestres?, ja, ja, je, je.”Y mirando a la dueña de la casa acabó por decir “Como una chota”. Con gestos de mal humor se puso a recoger todos los aparatos para guardarlos en una mochila. Desde el pasillo se oían rumores de una pequeña algarabía. Maricela comenzó a tocar las palmas, mientras escuchábamos unas voces que casi al unísono decían “¿Cómo está mi niña?” . Antes de desviar nuestras miradas al lugar de origen de aquellas voces ya sabíamos quienes eran sus propietarias. A la entrada del salón, dando saltitos, grititos, palmadas, soltando risas y con las caras repletas de felicidad, nos encontramos con nuestras queridas amigas las hermanas filipinenses, Sor Adelina y Sor Adelaida, quienes al vernos aumentaron en intensidad y número sus saltitos, grititos , palmadas y risas. Al acabar los saludos se marcharon hacia la cocina más felices que habían llegado para preparar la cena de la anfitriona, quien nos comentó “qué simpáticos son los extraterrestres ¿verdad?”.
Don Juan, una vez que acabó de recoger sus propiedades, se despidió tras volver a decir “como una chota”, y añadiendo “al menos aprovecharé para hacer un poco de ejercicio” abrió el ventanal y se marchó haciendo escalada libre por la fachada del edificio. Nosotros nos quedamos acompañando a nuestras amigas. En ese tiempo, entre otras muchas cosas, nos comentaron que ellas llevaban viniendo a la casa desde hacía cuatro días mandadas por el asilo en la que la iban a ingresar a la anciana dentro de poco por estar perdiendo la cabeza, cerca de la una de la madrugada Maricela cayó dormida, después de que las hermanas cantaran una versión modernizada, realizadas por ellas, del último número de Dixit Dominus de Vivaldi, que, como dicen los expertos, es una fuga de gran luminosidad. Escaleras abajo las hermanas nos proporcionaron tres recetas especiales para guisar el estroboncio negro. Y ya en la calle, acera arriba, como si se tratara de la encarnación de la obra de Vivaldi, y tras comentarnos que aún tenían que sacar de paseo al perro, desaparecieron las dos en veloz y luminosa fuga.
Media hora después recorríamos calle La Regente hasta llegar al muro del río, en donde sentados decidimos fumarnos unos cigarrillos antes de separarnos. En ello estábamos cuando apareció en el cielo, viniendo desde el mar, una gran luz que al alcanzar la altura del campo de fútbol de La Rosaleda se paró en seco, subió, bajó, realizó varios movimientos extraños y regresó a una velocidad de vértigo hacia el lugar de aparición, por donde desapareció. Tiramos los cigarrillos, nos despedimos, para quemar nervios, bailando una jota aragonesa, y nos fuimos en busca de un reparador sueño.
F I N
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 2:25 PM | <__trans phrase="Comments"> (1)

6 de Marzo 2007

SORPRESAS. ( 1ª PARTE)

(O LO QUE LES PASÓ A JOSEPH AL Y A DESAPARECIDO FERNÁNDEZ EL DÍA 1 DEL PRESENTE MES DEL PASADO AÑO)
La inconfundible voz del colega Sarrazola retumbó como la explosión de una bomba en nuestros oídos. Iñaqui había sido mimetizado durante la madrugada por el ancestral germen de aizcolari que vive en un recóndito lugar de su ser, exactamente en el 1º B que queda a la derecha de su tercera costilla, motivo por el cual fue detenido por la policía en una calle de su barrio, cuando paseaba hacha al hombro tras haber talado siete árboles y tres semáforos. Tenía muy mal aspecto, con rostro demacrado y figura que evidenciaba haber perdido más de 300 gramos de peso, todo ello combinado con un jersey verde chillón y pantalón color amarillo-pálido-japonés-de-Osaka Apoyado en el marco de la puerta gritó: “Atención, señores, mi última creación”. “Poema sin rima, pero repleto de gran sentimiento interior y exterior”.
Vancouver tuvo que ser sede de Olimpiadas con su Polideportivo techado para propiciar las mejores marcas. Me gustaría tener en mi espalda los cinco aros marcados cada uno de un color símbolos de Las Olimpiadas ¡Acaso mis ojos vieron! Sour le tartán, quelque home tan envalé ¡FORMIDABLE! .
Acabada su recitación se marchó con nuestra compañera Perfectina, al largo y amplio pasillo que conduce a las oficinas del Sr. Ort, a jugar una partida de frontón,
Tres horas más tarde volvía a sonar en la oficina, tras activar la tecla del manos libre, una voz conocida, esta vez era la del jefe, quien, muy enfadado, telefoneaba desde la Patagonia. “¿Qué pasa? ¡Es que lo tengo que hacer yo todo! ¿Os habéis enterado lo que está ocurriendo en calle Revueltas número 25, planta 12, puerta D?. No ¿verdad?. Vosotros como siempre, más lilas que botijos. Id inmediatamente, que es una primicia mundial. A la dueña del piso, una tal Marianela, la visitan todas las noches dos extraterrestres que le hacen la cena. Venga, salid corriendo, que ya deberíais de estar allí. Pero antes de iros pasadme con Perfectina.”
Salimos a toda prisa. A las nueve y veinte estábamos ante la puerta del número 25 de calle Revueltas, en la que habían colocado un cartel que decía.
ASCENSOR ESTROPEADO DISCULPEN LAS MOLESTIAS
Y al lado del cartel, con disimulada sonrisa, nos encontramos con el inconfundible rostro de nuestro amigo el Lector. Lector.- (Que además de su rostro también traía consigo el resto de su cuerpo, nos espetó directamente en los hocicos sin tan siquiera un saludo protocolario o de buena educación, ni nada por el estilo) Un momento. Si el señor Ort está en la Patagonia ¿cómo sabe lo que ocurre en casa de Marianela?. ORT-22.- (Al) Lo sabe gracias a una confusión, lo cual es algo muy habitual en su vida y una de las fuentes de información más importantes de la empresa. Lector.- ¿Qué dicen? . ORT-22.- (Fernández) Lo que acaba de escuchar. (Ante la cara que se le quedó al interlocutor a nosotros también se nos dibujó una sonrisa en los labios) Lector.- ¿Me lo explican? , por favor. ORT.-22-(AL) Muy fácil, cuando hizo la llamada en vez de marcar el número de la oficina marcó el de conserjería, y el conserje, que resulta ser vecino de la señora y gran admirador del señor Ort, le contó la historia. Lector.- ¿Y dicen ustedes que estas cosas le suelen ocurrir con bastante frecuencia?. ORT-22.- (Fernández) No. Con bastante frecuencia no. Le ocurren siempre. Es una de sus máximas virtudes. Aprovechando la confusión que nuestras palabras habían producido en el Lector, nos despedimos rápidamente y comenzamos a subir, uno a uno, los 207 escalones que separaban el portal del piso D de la decimosegunda planta de aquel edificio.
C O N T I N U A R Á
<__trans phrase="Posted by"> ORT-22 <__trans phrase="at"> 2:43 PM | <__trans phrase="Comments"> (0)